miércoles, 31 de julio de 2013

Solo en casa

Hoy he regresado del trabajo, tenía la cacerola preparada con la comida lista, solamente para calentarla, mientras se va calentando, me copio en el pendrive una peliculita que recién descargué de Internet hacía un tiempo y tenía ganas de verla, a solas, puesto que no era del gusto del resto de la familia, las de miedo no son las favoritas de las demás personas que viven en casa.
Así que me dispuse a disfrutar de la película, como ya hace calor, me quedé en calzoncillos, me dispuse a comer, con el mando conecté la televisión, el pendrive ya estaba en su lugar con la película recién copiada, y apreté el botón de reproducción.
Mientras me metía la primera cucharada en la boca, fueron apareciendo las primeras imágenes, una chica también se metía... una buena polla sobredimensionada en su boca, como la chupaba, casi no le cabía, por supuesto, no era la película que esperaba visualizar, pero... no tuve más remedio que aguantarme, como esperaba visita en una hora y media, tenía que aguantarme con lo que estaban emitiendo, y mientras me comía lo que había recién calentado, observaba como a la chica le iba entrando más y más carne en su propia boca, mmm, qué forma de mamar la polla tenía, al tío cada vez se le notaba más y más dura, y a mi se me empezaba a salir de mis calzoncillos, como ya me estaba empezando a doler, me deshice de la prenda.
Mientras me desembarazaba del tan incómodo slip, no dejaba de ver la película, y observé como una chica un poco más fuertota que la primera entraba en acción, apareció con un dildo enganchado a un arnés... ufff, eso me puso a mil, yo ya había abandonado la cuchara, la había cambiado por mi poderoso pene, se había convertido en un buen plátano dispuesto a darme todo el placer mientras lo estuviera subiendo y bajando, cómo disfrutaba.
La chica de la película que entró con el arnés y su correspondiente y enorme polla la introdujo en la boca de la otra joven, yo sentía como me subía el semen, guardado que lo tenía desde hacía cuatro días, reservándome para esa tarde, mi polla no cabía en su sitio, brillante como estaba, me sentía subir el placer, los músculos palpitaban en mi mano, de vez en cuando me escupía para sentir como resbalaba sobre el glande descubierto, la forma más agradable de hacerme una paja, mientras en la pantalla, la chica que mamaba la polla de goma, disfrutaba a su vez de su tarea, y el joven que antes le había metido su propia polla hacía lo mismo pero en el culo de la que tenía la polla con su arnés, se estaban montando un trenecito, mientras yo seguía sintiendo como me subía la leche, a punto de explotarme, como fuegos artificiales saliendo de sus cohetes...
Todavía me deparaba más sorpresa “la película de miedo”, cuando el tío tenía todo su diámetro metido en el culo de la que a su vez le daba polla de goma a la tercera joven, hizo aparición en pantalla otra chica, rubia desmelenada alemana, con otra polla de un tamaño más reducido, sin pensarlo dos veces, se colocó detrás del actor que a su vez se follaba a la otra y sin remordimientos, apuntó con su pene de goma negro y lo insertó en el culo del “machote”, el tren tenía cuatro vagones en esos momentos, casi moviéndose de manera discontínua, todos estaban dándose placer, y yo disfrutando como nunca, mi mano no paraba de menearme la polla, subía y bajaba, a veces me doblaba a ver si me la podía autocomer, pero no me llegaba, las manos hacían todo lo que podía, disfrutaba como loco, lo mismo que los cuatro de la tele, sentía como fluían los líquidos preseminales, ya no hacía falta echar ningún escupitajo, mi polla brillaba sola, el placer era auténtico, sentía como pulsaban los latidos del corazón, sentía que me subía la leche, me tocaba los huevos, que subía y bajaban sin necesidad de hacer esfuerzo alguno, sentía mi polla tremendamente dura, deseando de meterla en el chochito que tenía previsto disfrutar en breves instantes, porque estaba llegando la hora de mi visita, pero ya no podía detenerme, tenía que correrme como fuera, lo que salía por la tele me estaba enloqueciendo, de gusto, en un instante, observé como la chica que estaba dándole de comer polla a la primera de la fila casi se desvanece de puro gusto, mientras el joven se corría dentro de su culo a la vez que la que tenía a sus espaldas incrustaba la polla negra de goma totalmente en su interior, en ese mismo instante en que todos gozaron de sus distintos placeres, me llevé la mano al culo, quería saber qué se sentía con un dedo en mi ano, no aguanté dos segundos y estallé de puro gusto, cuatro chorros fueron saliendo de mi polla, cuatro chorros con una fuerza sin igual, cuatro chorros que me dejaron exhausto, con necesidad de quedarme dormido y reposar lo poco que había comido...
Una hora más tarde sonó la puerta, era mi visita, como pude me recompuse y corrí a abrir la puerta, desconocía si volvería a disfrutar esa tarde, después de haber derrochado y disfrutado mis chorros de semen.

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